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Una comunidad energética es un nuevo modelo de generación, uso y gestión de la energía a nivel local, a través de la cooperación entre agentes -ciudadanía, administración y pymes-, que contribuye a crear un sistema energético descentralizado, justo, eficiente y colaborativo, al basarse en la participación de los propios usuarios. Es decir, a través de una comunidad energética local se pone la energía en manos de la gente teniendo los usuarios un papel activo en la transición energética.

Las Comunidades Energéticas son entidades legales que agrupan a personas, pequeñas y medianas empresas, y/o ayuntamientos y entidades locales, que se unen para satisfacer de forma colectiva y colaborativa sus necesidades energéticas. Por tanto, son entidades jurídicas formadas por los socios que la integran. Se consideran un instrumento más en la transición energética y también contribuyen al desarrollo local.

El objetivo de las comunidades energéticas es aumentar la participación ciudadana y la eficiencia energética, así como crear un entorno sostenible. Desde AVAESEN se han impulsado, memorizando y acompañado Comunidades Energéticas gracias al HUB de CE y a la aceleradora de CE ubicadas en Plaza Energia.

Las principales actividades de una comunidad energética local son:

  • Generar energía procedente de fuentes de energía renovables.
  • Proporcionar servicios de eficiencia energética.
  • Producir, suministrar, consumir, almacenar y distribuir potencialmente energía limpia.
  • Prestar servicios de movilidad eléctrica o de otros servicios energéticos.

Las características qué tienen las Comunidades Energéticas son:

  • Su propósito: Los ingresos y beneficios de estas actividades se destinan principalmente a proporcionar servicios y beneficios medioambientales o socioeconómicos a los integrantes de la comunidad local o al área local.
  • El Control y propiedad: Los miembros (ciudadanos, empresas, administraciones) participan de una manera activa y ejercen control sobre la CE y los activos que tiene y
  • La Gobernanza: Tienen personalidad jurídica propia. La participación es abierta y voluntaria. Para asegurar la autonomía, la toma de decisiones interna es democrática (cada miembro tiene 1 voto, es decir, aunque haya un miembro de la comunidad al cual le corresponde mayor cantidad de kWh generados, su voto es equitativo frente al que menor (inversión haya realizado o reparto energético le corresponda). Es decir, el control efectivo recae en el conjunto de individuos que conforman la Comunidad Energética.

A su vez, las comunidades energéticas presentan numerosas ventajas entre las que destacan el cambio de paradigma hacia un sistema cooperativo, descentralizado, ético y eficiente. A su vez, ofrecen a los ciudadanos un acceso justo y simplificado a recursos de energía limpia y renovable, pudiendo incluso beneficiarse de inversiones en los mismos. Por su parte, los usuarios además toman un rol activo, generando empoderamiento ciudadano y control sobre sus necesidades energéticas a través de un modelo de autoconsumo.

Pasos de una CEL

Es por ello por lo que las comunidades energéticas generan oportunidades de inversión para ciudadanos y pymes locales ofreciendo la posibilidad de generar ingresos a través de la comercialización de la energía, permaneciendo el beneficio en el ámbito de la comunidad.

Siendo su propósito claro, el aporte de beneficios ambientales y sociales al entorno al impulsar el consumo de una energía limpia y renovable, contribuyen a paliar los efectos del cambio climático.

Para más información visita Emplaza tu Energía, la Oficina de Transformación Comunitaria de AVAESEN.

También os recomendamos acceder a la web del IDAE para conocer esta nueva figura del sistema energético mediante este video explicativo.