Skip to main content

Visualicemos un escenario en las comunidades energéticas que es cada vez más cercano: un barrio, un municipio o un polígono industrial donde, en lugar de que cada vivienda disponga de su propia caldera individual —con los altos costes, el mantenimiento constante y las inevitables emisiones contaminantes que ello conlleva—, todas las edificaciones se conectan a un sistema común de generación de calor, diseñado para ser más eficiente, limpio y, además, económicamente ventajoso. Esto no es un ejercicio de imaginación futurista, sino una realidad tangible: se trata del district heating o calefacción de distrito, una solución que está comenzando a establecer una sinergia muy prometedora con las Comunidades Energéticas.

¿Qué es el District Heating?

El district heating es un sistema centralizado de producción de calor que abastece simultáneamente a múltiples edificios o instalaciones a través de una red de tuberías soterradas. Este calor puede generarse mediante diversas fuentes renovables o sostenibles como la biomasa, la energía solar térmica, la geotermia, el biogás o incluso mediante el aprovechamiento del calor residual de procesos industriales.

Su funcionamiento es sencillo: los usuarios pagan por acceder a esta red común, disfrutando de calefacción y agua caliente sanitaria sin necesidad de ocuparse de la operación o el mantenimiento técnico. Los beneficios son múltiples, desde la estabilidad de los costes hasta la eliminación de riesgos asociados a las instalaciones individuales, pasando por una mayor eficiencia energética global.

El papel estratégico de las Comunidades Energéticas

Las Comunidades Energéticas, tradicionalmente asociadas al autoconsumo fotovoltaico o al intercambio de excedentes eléctricos, encuentran en el district heating un nuevo ámbito de actuación de enorme potencial. Estos colectivos ciudadanos pueden liderar la implantación y gestión de redes de calor locales, extendiendo su radio de acción más allá de la electricidad para abarcar también los usos térmicos.

Este modelo resulta especialmente idóneo para barrios residenciales, polígonos industriales y entornos rurales, donde la colaboración y la economía de escala pueden maximizar los beneficios sociales, económicos y ambientales.

Entre sus principales ventajas destacan:

  • Reducción significativa de emisiones de CO₂, al sustituir combustibles fósiles por fuentes renovables o calor residual.
  • Ahorros económicos colectivos, que pueden alcanzar hasta un 50% frente a sistemas individuales ineficientes.
  • Fortalecimiento de la independencia energética local, disminuyendo la vulnerabilidad frente a la volatilidad del mercado energético global.
  • Modelo de gobernanza democrática, en el que la propia comunidad gestiona la red, decide sobre los precios y puede reinvertir los beneficios en mejoras locales.

El proyecto de Genia bioenergy en Guadalix de la Sierra

Guadalix de la Sierra, un municipio de la Comunidad de Madrid, ha propuesto convertirse en un referente en la gestión sostenible de residuos y producción de energía renovable gracias a Genia bioenergy, empresa asociada a Avaesen, mediante un proyecto pionero de biometano y energía solar fotovoltaica.

El municipio se ha comprometido a transformar el 100% de sus residuos orgánicos en energía y compost, estableciendo un modelo circular que maximice el aprovechamiento de recursos locales.

Este ambicioso proyecto está impulsado por el Ayuntamiento y la Asociación de Usuarios Guadalix Genera (AUGG), con la colaboración de Genia Bioenergy. La iniciativa contempla la construcción de una planta de biometano que procesará los residuos orgánicos municipales, incluyendo deyecciones ganaderas, restos de restaurantes, podas de jardines y otros desechos orgánicos.

Además de la producción de biometano, el proyecto incluye la instalación de paneles solares fotovoltaicos que complementarán la generación de energía renovable. 

La combinación de biometano y energía solar permitirá a Guadalix de la Sierra crear un sistema energético híbrido que optimice la producción y el consumo de energía renovable. Esto facilitará a la comunidad la reducción de su dependencia de fuentes de energía externas y les ayudará a alcanzar la autosuficiencia energética.

El sistema híbrido biometano-energía solar permite a Guadalix de la Sierra convertirse en una de las primeras comunidades energéticas en España en aprovechar de manera efectiva dos fuentes de energía renovable, reduciendo su huella de carbono y aumentando su independencia energética.

¿Por qué este modelo tiene sentido ahora?

  • La inestabilidad de los precios energéticos sigue siendo una amenaza latente para la ciudadanía y la industria que reclama y necesita mayor estabilidad de precios.
  • Las tecnologías necesarias ya están plenamente maduras y disponibles a costes razonables.
  • Las oportunidades de financiación pública son amplias, especialmente gracias a programas europeos como Next Generation EU, los Fondos FEDER o iniciativas estatales de apoyo a proyectos sostenibles.
  • La legislación actual favorece los modelos energéticos participativos, permitiendo que la ciudadanía tome un papel protagonista en la transición energética.

Mirando al futuro: Del autoconsumo eléctrico al «autocalor» colectivo

Si las Comunidades Energéticas han liderado la expansión del autoconsumo fotovoltaico colectivo, ahora están en condiciones de encabezar también la «revolución térmica local». Este enfoque no se limita a viviendas particulares; puede ampliarse a edificios públicos, comercios, hoteles e incluso a parques industriales.

La transición energética no solo pasa por kilovatios solares o molinos de viento. También se construye, literalmente, a través de redes de calor compartidas que permiten a la ciudadanía apropiarse de su energía térmica, con beneficios sociales, económicos y ambientales de largo alcance. Pide tu cita gratuita en EmPlaza tu Energía.