Desde AVAESEN y nuestro proyecto Emplaza tu Energía estamos ayudando a Comunidades Energéticas a avanzar hacia su camino hacia la sostenibilidad. Como hemos expuesto en entradas anteriores las Comunidades Energéticas juegan un papel fundamental en la transición hacia un sistema energético más limpio, accesible y descentralizado. Pero, para que estas comunidades puedan maximizar el aprovechamiento de las energías renovables, el almacenamiento de energía se convierte en una pieza clave. Este elemento no solo garantiza la estabilidad del suministro, sino que también ofrece importantes beneficios económicos a las comunidades.
Qué es el almacenamiento de energía y por qué es crucial?
El almacenamiento de energía consiste en sistemas que permiten capturar el excedente de energía generada por fuentes renovables (como solar o eólica) para liberarla y utilizarla cuando sea necesario. Esta capacidad de almacenar y gestionar la energía resulta esencial para estabilizar el suministro, especialmente en comunidades donde la generación de energía depende de factores naturales, como la disponibilidad de sol o viento.
Para las Comunidades Energéticas, contar con sistemas de almacenamiento no solo asegura que haya electricidad cuando no se está generando, sino que también ayuda a reducir la dependencia de la red eléctrica externa y de los combustibles fósiles. Esto puede significar un ahorro sustancial en costos y una mayor independencia energética.
Beneficios económicos del almacenamiento de energía
Además de su impacto positivo en el medio ambiente, el almacenamiento de energía también puede traducirse en beneficios económicos significativos para las Comunidades Energéticas. Aquí algunos de los más importantes:
1. Ahorro en la compra de energía en picos de demanda
Uno de los mayores costos en la gestión energética es la compra de electricidad en momentos de alta demanda, cuando los precios suelen dispararse debido a la escasez de generación. Con sistemas de almacenamiento, las Comunidades Energéticas pueden almacenar energía cuando es más barata o cuando hay un excedente de producción renovable (como durante el día en sistemas solares o en días de mucho viento en sistemas eólicos) y utilizarla durante los picos de demanda. Esta capacidad de “desplazar” el consumo de energía en tiempo real se conoce como «arbitraje de energía», una estrategia que puede generar un ahorro significativo al evitar la compra de electricidad a precios altos.
Por ejemplo, si una comunidad puede almacenar energía solar generada durante el mediodía y usarla en la noche, cuando las tarifas suelen ser más elevadas, podrá reducir su factura eléctrica y optimizar el uso de los recursos generados.
2. Reducción de la dependencia de precios volátiles
El precio de la electricidad en la red está sujeto a fluctuaciones, especialmente en momentos de alta demanda o crisis energéticas. Con el almacenamiento, las Comunidades Energéticas pueden evitar los picos de precios, al utilizar su propia energía en momentos críticos, blindándose así contra el aumento de tarifas.
3. Mejora de la rentabilidad de activos renovables
El almacenamiento de energía también mejora la rentabilidad de los activos de generación renovable. En sistemas sin almacenamiento, una gran parte de la energía renovable puede perderse debido a limitaciones en la capacidad de transmisión o porque no coincide con los períodos de demanda. Con almacenamiento, las comunidades pueden almacenar el excedente y venderlo en momentos más rentables.
Por ejemplo, en un sistema solar sin almacenamiento, la producción de energía es máxima durante el día, pero la demanda en muchos casos puede ser más alta en la tarde-noche. Al almacenar el exceso de energía generada durante las horas de menor demanda, las Comunidades Energéticas pueden acceder a precios más altos en mercados energéticos nocturnos, incrementando el valor de cada kilovatio-hora (kWh) producido.
4. Amortización del coste de instalación a largo plazo
Si bien la instalación inicial de sistemas de almacenamiento de energía puede representar una inversión considerable, su capacidad para generar ahorros y ofrecer nuevas fuentes de ingresos permite amortizar el costo a lo largo del tiempo. Las baterías, por ejemplo, tienen una vida útil de entre 10 y 15 años, y en ese periodo pueden generar suficientes beneficios económicos para recuperar la inversión inicial.
Además, los avances tecnológicos están reduciendo los costos de las baterías, lo que hace que la implementación del almacenamiento sea cada vez más accesible y rentable para comunidades pequeñas y medianas.
Además en España, desde este año las subvenciones asociadas para Comunidades Energéticas (CE Implementa 5 y 6) están incorporando la obligatoriedad de tener un sistema de almacenamiento asociado a la instalación de generación. https://sede.idae.gob.es/tramites-servicios/quinta-convocatoria-del-nuevo-programa-de-incentivos-proyectos-en-el-marco-del
Beneficios para la sociedad
El almacenamiento de energía no solo beneficia a las comunidades en términos económicos, sino que también genera un impacto social y ambiental positivo. La posibilidad de gestionar de manera más eficiente el consumo energético contribuye a la reducción de emisiones de gases contaminantes, mejora la calidad de vida y promueve la autogestión.
Además, al generar empleos locales relacionados con la instalación, mantenimiento y gestión de estos sistemas, se dinamizan las economías locales y se fortalece la cohesión social. Las comunidades se vuelven autosuficientes, más resilientes ante crisis energéticas y, lo más importante, activamente involucradas en la construcción de un futuro sostenible.
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